MANOSTIJERAS

Decía Aristóteles que nadie podía ser ajeno a la política salvo los dioses y a las bestias. En la medida en que como ciudadanos formamos parte de la polis nada de ella nos puede ni debe ser ajeno. Sin embargo, vivimos tiempos de ocultación de nuestra condición ciudadana, no somos más que consumidores en el sacrosanto mercado. La falta de cultura política y la desmemoria sobre los asuntos de nuestra sociedad es la nota común en nuestros días.

El gobierno del PSOE ejecutando políticas neoliberales con un discurso y una estética aparentemente progresista. Y un PP que practicó dichas políticas cuando gobernaba y ahora las cuestiona porque está en la oposición. Un PP que es incapaz de concretar una propuesta de salida a la crisis, o bien, demuestra su incapacidad e ignorancia, o bien, oculta deliberadamente su mano y sus tijeras.

Es obligación ciudadana exponer las propuestas de forma concreta y argumentada aceptando cualquier debate en torno a las mismas. Desgraciadamente se impone la descalificación del adversario y la propaganda.

Desde la Izquierda criticamos los recortes anunciados por Zapatero por dos motivos esenciales: por ser contraproducentes para la recuperación económica y por hacer pagar de forma injusta la crisis a quienes no son responsables de la misma.

En primer lugar, una reducción de los salarios de los empleados públicos y de la inversión pública contraerá la demanda con lo que provocará una depresión aún mayor en el conjunto de la economía.

En segundo lugar, la única forma de repartir con justicia las cargas de ésta recesión neoliberal es incrementando la imposición directa sobre los que más ganan y tienen. ¡Sobre todos!, independientemente de que pertenezcan al sector público o privado. ¿Por qué motivo se elimina el cheque-bebé a una familia desempleada? ¿Por qué tienen que pagar los platos rotos los pensionistas de nuestra región que tienen una de las pensiones medias más exiguas de nuestro país?

Asimismo, es necesario luchar eficazmente contra el fraude fiscal y la economía sumergida. Gravar los beneficios de la banca. Retirar las tropas de Afganistán como una de las medidas de reducción del gasto militar. En fin, se podrían poner muchos más ejemplos de una política económica alternativa. Pero esto, ¿qué supone?, pues una clara confrontación con una clase social privilegiada por las políticas neoliberales. La política económica no es un instrumento científico-técnico neutro, sino una herramienta al servicio de determinados intereses económicos de clase. Por tanto, la cuestión no está en encontrar la fórmula idónea en política económica que resuelva la recesión económica. No es un problema de sabiduría económica. La cuestión es si ésta herramienta se utiliza para satisfacer a la polis, a la ciudadanía, a los trabajadores y trabajadoras de nuestra región y nuestro país; o si se emplea para el lucro de los especuladores financieros o inmobiliarios, de los banqueros, de los directivos de las empresas que cotizan en la Bolsa, de los defraudadores fiscales, de los explotadores laborales en la economía sumergida. Es falso que sólo exista un camino. Con convicción y valentía, podemos hacer una política de IZQUIERDAS.

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